. El Centro de Experiencias de la Fundación Cajamar Valencia, ubicado en la localidad de Paiporta, no deja de innovar y buscar nuevas variedades con las que ampliar el mercado de consumidores.
En una visita a los huertos de cultivo del centro se pueden admirar nuevas variedades de pimiento, tomate, sandía, calabacín, judía, lechuga, berenjena y calabazas. Los pimientos han evolucionado en forma, color y sabor. Ahora triunfan unos de pequeño tamaño, que los ingleses denomina 'dulce bocado' porque se pueden comer crudos como aperitivo y resultan muy apetecibles tanto por sus vivos colores como por su sabor dulzón.
En los últimos meses, la Fundación Cajamar Valencia ha obtenido cerca de 300 nuevas variedades de frutas y hortalizas con el objetivo de transferir al sector las posibilidades de cultivo y comercialización de cada una de ellas, contribuyendo a la mejora de la competitividad de los productos.
Cabe destacar los resultados obtenidos en tomate valenciano, cuyos ensayos se han basado en la posibilidad de mejora de sus características organolépticas a partir del manejo de una solución nutritiva con el nivel de salinidad adecuado.
Hay que señalar, como curiosidad, que en una exposición in situ sobre las variedades de tomates cultivadas en el Centro se podían contemplar hasta 30. Si bien en algunos casos las diferencias de colores, tamaños y formas eran sólo perceptibles a los ojos de los expertos. Pero no es menos cierto que hace unos años sólo se cultivaban cinco variedades distintas de tomates, cuando hoy podríamos hablar de casi 50.
Hace una par de décadas no era concebible comer una sandía sin pepitas, pero la agricultura ha evolucionado hasta tal extremo que ahora las pepitas son un complemento presente o no según el gusto del consumidor. En este continuo intento por hacer sandías a medida, el Centro de Experimentación de Paiporta exhibe los 12 calibres existentes de esta cucurbitácea tan refrescante. Así, la más pequeña apenas duplica el tamaño de una pelota de tenis y la más grande es una esfera inmensa sólo apta para grandes colectividades, una vez superado el problema del transporte. El número del calibre está definido por la cantidad de ejemplares que caben en una caja. Por lo que una sandia del calibre 6 será mediana y en cambio una del 2 es enorme pues sólo caben dos unidades en la caja.
Pero las experimentaciones también sirven para descartar iniciativas que nunca se sabe cómo funcionarán. La idea de hacer una sandía con la carne naranja en vez de roja no ha cuajado entre el consumidor por lo que en Paiporta se ha descartado seguir produciéndola.
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